La equinoterapia es un método terapéutico integral que utiliza al caballo y su entorno como un medio para la rehabilitación, integración y desarrollo físico, psíquico, emocional, social de cualquier persona. Una de las mayores virtudes de este tipo de terapia, es que permite desarrollar una profunda autocomprensión y crecimiento emocional.
El vínculo entre los animales y los humanos genera un potencial de curación emocional que puede ocurrir cuando se forma una relación entre las dos especies. Y una especie de magia comienza a suceder. La equinoterapia (es decir, el poder de los caballos para asistir a las personas en su camino hacia la salud) es una herramienta poderosa que permite al paciente alcanzar una serie de metas de gran importancia:
Confianza en sí mismo:
El aprendizaje y el dominio de una nueva habilidad (equitación) aumenta la confianza de los pacientes en su capacidad para abordar nuevos proyectos, y conduce a una mejor autoestima.
Autoeficacia:
Generar una comunicación y lograr la armonía con un animal grande promueve renovados sentimientos de eficacia. Un motivado «¡Puedo hacerlo!» reemplaza los sentimientos de impotencia, desmotivación, al capacitar a la persona para asumir nuevos desafíos en otras áreas de recuperación.
Conciencia en sí mismo:
Montar a caballo ayuda a los participantes a desarrollar una visión más realista de ellos mismos a través de la conciencia de su tamaño en relación con el animal. Esto es especialmente importante en el tratamiento de pacientes con trastornos alimentarios, así como aquellos con problemas de agresión interpersonal.
Comunicación:
La sensibilidad de los caballos a la comunicación no verbal ayuda a los pacientes a desarrollar una mayor conciencia de sus emociones, las señales no verbales que pueden estar comunicando y el importante papel de la comunicación no verbal en las relaciones.
Confianza en los demás:
Aprender a confiar en un animal como un caballo también ayuda en el desarrollo o la restauración de la confianza para aquellos cuya capacidad de confiar ha sido violada por experiencias difíciles como el abuso físico o sexual, el abandono o la infidelidad conyugal.
Perspectiva:
A través de actividades de aseo, alimentación y otros tipos de cuidado para un caballo específico, los pacientes pueden dejar de lado el foco absorbente de su enfermedad mental, como las reflexiones depresivas, y en su lugar dirigir su atención e intereses hacia las interacciones seguras y afectuosas, hacia otro ser vivo que necesita de su ayuda para subsistir.
Reducción de ansiedad:
Muchos estudios de interacción humano-animal indican que el contacto con animales reduce significativamente los niveles de ansiedad fisiológica. Algunos pacientes inicialmente tienen miedo a los caballos. Pero la autenticidad y el afecto de los caballos alivian estos temores, ayudando a los pacientes a adoptar la terapia para sus problemas de ansiedad.
Disminución del aislamiento:
Para muchas personas con enfermedades mentales, existe un historial a largo plazo o reciente de sentirse rechazado por otras personas y diferente de ellas. Las enfermedades mentales son experiencias intrínsecamente aisladas. La aceptación incondicional del caballo invita a los pacientes a volver a la comunión de la vida.
Auto-aceptación:
Inicialmente, a muchos pacientes les preocupa que hagan hacer algo mal, pasar vergüenza o no ser capaz de realizarlo. Sin embargo, los pacientes aprenden rápidamente que los otros participantes están involucrados en sus propias experiencias equinas, y que observan la comodidad de los caballos en su propia piel. Los temores de vergüenza en público a menudo se reducen y aumenta la autoaceptación.
Modulación de impulso:
Particularmente para aquellos cuya enfermedad mental involucra la experiencia de perder el control sobre los impulsos, la necesidad de comunicarse con un caballo con calma y no reactivamente promueve las habilidades de la conciencia emocional, la regulación de la emoción, el autocontrol y la modulación de los impulsos. La investigación indica claramente que la terapia asistida por animales reduce la agitación y la agresividad del paciente y aumenta la cooperación y el control del comportamiento.
Habilidades sociales:
Muchas personas con enfermedades mentales están socialmente aisladas o retraídas. Una relación positiva con un caballo suele ser un primer paso seguro hacia la práctica de las habilidades sociales necesarias para iniciar relaciones más cercanas con las personas.
Asertividad:
Comunicarse eficazmente con un caballo requiere que el jinete demuestre asertividad, dirección e iniciativa; habilidades importantes que le permiten al paciente expresar sus necesidades y derechos de manera más efectiva en otras relaciones.
Límites:
Muchos pacientes han experimentado relaciones anteriores como controladoras o abusivas. La curación se lleva a cabo cuando los pacientes descubren que montar a caballo ocurre dentro del contexto de una relación respetuosa entre un jinete y un caballo, y que, aunque físicamente poderoso, cada caballo normalmente opera dentro de los límites de esta relación mutuamente respetuosa.
Libertad creativa:
Muchas personas con enfermedades mentales han sido inhibidas o controladas emocionalmente, y han perdido cierta medida de espontaneidad. Los aspectos lúdicos de las actividades equinas en equipo y equitación pueden ayudar a restablecer la espontaneidad y la capacidad para la recreación y el juego saludables.