La gente ha buscado relacionarse con los caballos desde la primera vez que los vieron. Aunque andar a caballo puede ser estimulante, hay algo aún más profundo que nos atrae y nos seduce de ellos. Y es que, al igual que las personas, los caballos son seres sociales cuyas dinámicas de manada son notablemente similares al sistema familiar humano.
Por eso, la Equinoterapia es una forma de experimentar cambios y superar desafíos de una manera práctica y esencial que permite cambiar la forma en la que se ve uno mismo y la forma en que se ve al mundo que nos rodea.
Las múltiples investigaciones que han sido llevadas a cabo sobre la Equinoterapia han confirmado su eficacia en el logro de muchas metas y a corto plazo. Entre otras cosas, reduce la presión arterial y la frecuencia cardíaca, alivia el estrés y reduce los síntomas de ansiedad y depresión. La Equinoterapia también ayuda a las personas que luchan con las adicciones y los trastornos de salud mental a desarrollar las habilidades para una vida sana en sociedad.
De forma general, podríamos destacar, entre otros, 5 beneficios que nos deja de Equinoterapia:
# 1 Identificar y enfrentar los sentimientos
Muchas personas que luchan con adicciones, traumas, discapacidades y otros problemas de salud -física o mental- atraviesan momentos dolorosos, de soledad, de angustia, de impotencia, de cansancio… Para que la terapia sea exitosa, uno de los primeros pasos es aprender a identificar, experimentar y enfrentar las emociones, sin tratar de escapar.
La Equinoterapia es una forma poderosa de ponerse en contacto con pensamientos y sentimientos. En lugar de utilizar sus mentes para abordar los problemas, que a menudo conducen a la negación, culpar a los demás o intelectualizar su camino alrededor del problema, usan sus cuerpos y corazones para sentir y reaccionar en el momento.
Los caballos tienen una habilidad única para sentir emociones, identificar las sensaciones del jinete y reaccionar en consecuencia. Si alguien está enojado o agresivo, el caballo puede volverse obstinado. Si la persona está ansiosa, el caballo puede ponerse nervioso. Pero cuando se acerca alguien abierto y tranquilo, o en busca de paz y de un momento de encuentro, es más probable que el caballo responda de la misma manera. Ser testigo de la respuesta del caballo promueve la autoconciencia y puede ayudar a las personas a verse a sí mismas de una manera más realista.
# 2 Habilidades de comunicación
Como resultado del uso prolongado de drogas, del aislamiento, impedimentos físicos, psicológicos o por problemas de salud mental, muchas personas se encuentran emocionalmente subdesarrollados con serias dificultades para relacionarse o acercarse a otras personas. Los caballos son instrumentos eficacísimos para superar esas barreras. Todo radica en el vínculo (casi mágico) que se genera con los caballos.
Al trabajar con caballos, las personas reconocen sus formas y maneras, conscientes e inconscientes, de interactuar con los demás. Los caballos no hablan, pero son excelentes comunicadores. Comprender el comportamiento del caballo puede ayudar a las personas a aprender cómo funcionan los demás en el mundo y cómo su comportamiento afecta a los que los rodean.
Mientras que montar puede ser parte de la Equinoterapia, el trabajo más importante ocurre durante las interacciones entre el jinete y el caballo.
# 3 Establecer límites
Trabajar con un caballo puede exponer rápidamente los patrones de comportamiento y pensamiento inadaptados de una persona. En una sesión de Equinoterapia, se establece una relación entre el vínculo con el caballo y los vínculos que se llevan en sus propias vidas. Las lecciones pueden ser tan simples como la cantidad de espacio físico que el caballo necesita para sentirse cómodo.
Sin palabras, los caballos dejan en claro cuando alguien ha cruzado sus límites. Intentar controlarlo o dominarlo no funcionará con un caballo. Del mismo modo, ser extremadamente distante o pasivo puede dificultar la monta de un caballo e impedirá que el caballo cumpla con una solicitud.
# 4 Superando los Miedos
Los caballos son animales grandes y para algunos incluso amenazadores, que pueden revelar necesidades, temores, traumas pasados y sentimientos de inadecuación o falta de control. son gigantes que también son vulnerables. Es habitual que las personas le teman al caballo, que no les gusten, que tengan miedo a ser mordidas, pateadas o que pueda lastimarlas física o emocionalmente. En Equinoterapia, en lugar de ceder a su reacción habitual, escapar o ponerse a la defensiva, las personas aprenden a tolerar y procesar la emoción.
En un entorno seguro, los pacientes aprenden a enfrentar sus miedos y generar confianza en su capacidad para superar los desafíos. Las personas que se sienten intimidadas y nerviosas al principio pueden sorprenderse al descubrir cuán rápido pueden procesar esos sentimientos y encontrar consuelo en su relación con el caballo. Fortalecidos por la experiencia, las personas pueden desarrollar la confianza para abordar otros temores y transferir estas lecciones al día a día.
# 5 Confianza
Los caballos son animales suaves y tiernos. Son directos en sus interacciones sin mentir o manipular. Ellos no juzgan ni culpan. Su sola presencia puede ser inmensamente curativa.
Con los caballos, los pacientes en lugar de suponer que ese alguien más grande o más poderoso los maltrataría, sucede que se descubre que es posible confiar nuevamente. Cuando las personas se abren a sí mismas, aumentan su capacidad para establecer relaciones y pedir ayuda cuando es necesario.
Estas cinco lecciones son solo algunos ejemplos del crecimiento que ocurre a través de la Equinoterapia. La aceptación de la responsabilidad, el cuidado de uno mismo y de los demás, la paciencia, la humildad, el sentido de orgullo y la apreciación de las simples alegrías de la vida contribuyen al proceso de cambio. Aún más central para la Equinoterapia es la «magia» cruda pero difícil de cuantificar del caballo.
Si te interesa conocer más de la Equinoterapia o participar de sesiones con un familiar o amigo, no dejes de venir a visitarnos a El Granero.